La ansiedad


La ansiedad es una de las sensaciones más desagradables que existen, pero es necesaria para el buen funcionamiento de las personas. Sin ella,  no tendríamos ninguna señal de alerta que nos avisara cuando algo no va bien.

Esta “inquietud mental” hace que casi nunca estemos plenamente atentos a lo que estamos haciendo en este momento, lo que produce ansiedad y/ó sensación de insatisfacción. Es como si no estuviésemos “a gusto” en ningún lado. En realidad, siempre que “nuestra cabeza” esté navegando por rumbos diferentes al de nuestro cuerpo, nos sentiremos cansados además de ansiosos, con el agregado de una sensación de alteración en la percepción del tiempo que hará que el día “pase volando” y que tengamos tareas pendientes permanentemente…

Si mientras estamos haciendo una cosa, estamos pensando en otra distinta, el cuerpo y la mente están disociados. Esto provoca un claro resultado denominado: ansiedad. Es como “estar sin estar”. El cuerpo aquí…la mente allá…

Si esto es lo que hacemos, necesitaremos aprender a estar plenos en cada momento (cuerpo y mente), enfocados, concentrados… para disminuir y eliminar la ansiedad. Nuestra intención de modificar este hábito nocivo será parte de la “medicina natural” que necesitamos incorporar y un cambio de hábito será la herramienta necesaria para una vida mejor.

La ansiedad no nos permite disfrutar de ningún momento, de ninguna actividad, ni de los afectos. La ansiedad siempre estará jerarquizando el momento futuro, impidiendo estar a gusto, ahora.


La importancia de marcarse objetivos para superar la ansiedad:

Normalmente, la ansiedad es la forma de reaccionar de nuestro organismo ante los retos que son mayores a nuestra capacidad para superarlos. Pero ¡cuidado!  Esto no quiere decir que siempre que aparezca la ansiedad estemos abordando un reto insuperable. En la mayoría de ocasiones es una manera de interpretar la realidad de una manera engañosa. La persona cree que no puede superar una situación determinada, cuando lo que quizás está pasando es que no está organizando sus objetivos de forma ordenada y asequible.

En muchas ocasiones se pretende llegar a nuestras metas demasiado rápido, y ello genera cierta prisa (que es sinónimo de angustia). Además,  puede producir estrés (primo hermano de la ansiedad).

Es bastante habitual que nos propongamos metas que nos obliguen a  superar, previamente, metas más pequeñas. Pero este aspecto no se tiene siempre en cuenta y pretendemos llegar a “10” sin pasar por 1, 2, 3, 4… Este aspecto, que parece tan obvio, puede pasar por alto y hacernos sentir mal.

Además, ¿cuántas veces hemos afrontado una situación que parecía bastante complicada y hemos podido superar? Seguro que bastantes veces. La satisfacción resultante acostumbra a ser el mejor antidepresivo del mercado.

Y, por otra parte, ¿cuántas veces no hemos afrontado situaciones por percibirlas como demasiado difíciles, cuando quizás en realidad eran posibles fuentes de satisfacción una vez superadas? Seguro que más de una vez.

Evitar los retos que nos plantea la vida y no afrontarlos, puede ser la causa de otra sensación muy desagradable, la tristeza, que si se deja demasiado tiempo a nuestro lado puede convertirse en depresión. Pero como afrontar los retos puede provocar ansiedad, tendemos a evitarlos, provocando una rueda de la que puede costar salir si no cambiamos de estrategia.

El cambio de estrategia que proponemos es una planificación diferente de los objetivos que se quieren alcanzar. Cuando una persona se plantea conseguir un objetivo, debería tener en cuenta que el cerebro reacciona positivamente y con motivación, únicamente si ve posible alcanzar el mismo, aunque ello sea difícil.

Por tanto, los objetivos siempre deben ser asequibles. Si no, aparece la ansiedad. Por eso es tan importante que, si queremos conseguir un objetivo representado con el número “10”, dividamos nuestras tareas en 10 pasos; entendiendo que el número “1” es lo primero que se debe conseguir. Es probable que “10” provoque ansiedad, pero que “1” genere motivación, por el hecho de que es más asequible.

También es importante que estos pequeños objetivos sean a corto plazo, ya que si pensamos en términos de futuro, el cerebro guarda la información en el cajón de lo que no es importante ahora y no le hace caso. En el peor de los casos, si ponemos objetivos demasiado lejanos, el cerebro puede reaccionar con estrés debido a que queremos conseguir algo (deseo) pero no estamos haciendo nada para conseguirlo, provocando un conflicto difícil de resolver y que puede provocar síntomas de todo tipo. Por eso es importante, cuando nos propongamos objetivos, que estos sean realizables en un corto espacio de tiempo para que el cerebro los sitúe en nuestro presente y los almacene en el cajón de las cosas importantes. Poner una fecha y un momento concretos para alcanzar nuestro “1” es una buena estrategia.

Otras claves para que el planteamiento de objetivos disminuya la ansiedad son:

- que sean muy concretos. Al cerebro le cuesta crear energía cuando nos planteamos un objetivo difuso y poco preciso. Esto quiere decir que los objetivos tienen que poder convertirse en acciones concretas, ya que si no, no nos acercamos a su consecución y volvemos a generar un conflicto; un deseo que no se materializa. Por lo tanto, tiene que quedar bien claro lo que tenemos que hacer para conseguir “1”.

-que sean personales. Es importante que los objetivos surjan del propio interesado, que los identifique como suyos. Si no es así, puede aparecer el conflicto entre los objetivos que planteen los demás y los personales, haciendo aparecer en la mayoría de los casos síntomas relacionados con la ansiedad.

Estas son algunas de las claves para superar la angustia, el estrés, la ansiedad y hasta la tristeza. Todas ellas emociones naturales que nos avisan de que hay algo que nos supera, que no va como querríamos, o que nos genera conflicto. A través de una buena planificación de objetivos como la que proponemos, es probable que actuemos de un modo más realista y concreto, y que además nos vayamos acercando al objetivo final produciendo la retroalimentación necesaria para incrementar la motivación (recordemos, uno de los mejores antidepresivos del mercado).

Por lo tanto, os animo a concretar vuestros objetivos en 10 pasos que se puedan conseguir con acciones concretas y a corto plazo para incrementar las posibilidades de conseguirlos.

Se os ocurre a vosotros algo más al respecto?.

Buena suerte.

Zen, aquí y ahora

La Flor azul  es un símbolo central del romanticismo. Representa el anhelo, el amor y el afán metafísico por lo infinito. Como símbolo de lo inalcanzable se usa en particular la rosa azul, que hasta el día de hoy no ha podido ser creada.

Más allá de las formas, de los dogmatismos, de las instituciones o de las teorías, el ser humano está buscando un nuevo estado de conciencia (o una antigua conciencia dormida) que le permita liberarse, transformarse, desarrollarse, a partir de la fuente profunda que está en él.
El Zen no es ni un razonamiento ni una teoría. No es un conocimiento comprensible por el intelecto solamente, es una práctica, una experiencia. A la vez objetiva y subjetiva, ya que no separa estos dos puntos de vista complementarios, de la misma manera que no disocia el cuerpo y el espíritu, la fisiología y la psicología, el consciente y el inconsciente, sino que hace una llamada a la totalidad del ser.

En este sentido corresponde a las aspiraciones que actualmente orientan la marcha de la civilización moderna, la cual intenta superar las categorías, las separaciones estrechas, las divisiones en todos los dominios.
"Debemos armonizar los contrarios, remontándonos a su origen. Esta es la actitud Zen, la Vía del Medio: abarcar las contradicciones, hacer su síntesis y realizar el equilibrio", nos decía Taisen Deshimaru.

O como dijo anteriormente Rabindranath Tagore: "En el futuro, los occidentales y los orientales formarán una gran sinfonía espiritual. Espero que venga pronto el día en el que toda la Humanidad se armonizará en una 'comunión universal'."

En la época actual, todas las naciones del mundo deben superar el camino unilateral de una ideología o de un nacionalismo estrecho. Las barreras nacionalistas o raciales deben ser abolidas. Debemos apuntar hacia un objetivo común: el del camino universal. Debemos entendernos y armonizar nuestras concepciones con un espíritu abierto. El espíritu moderno de libertad debe deshacerse de las viejas supersticiones, de las creencias y de las estrecheces formales, con el fin de poder encontrar en el fondo de nosotros mismos el origen de una moral auténtica, personal y universal a la vez, ligada a la conciencia profunda de la vida.

Ser Feliz

Este es un simpático vídeo que nos recuerda lo que nunca deberíamos olvidar: como ser felices.

Que es la felicidad para ti?
Que te hace realmente feliz?
Que sueles hacer para sentirte feliz?

Son tres preguntas simples que se merecen una reflexión profunda.

Buenos días!




El credo de Buda


- No creáis en nada simplemente porque lo diga la tradición, ni siquiera aunque muchas generaciones de personas nacidas en muchos lugares hayan creído en ello durante muchos siglos.
- No creáis en nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo crean.
- No creáis en nada porque así lo hayan creído los sabios de otras épocas.
- No creáis en lo que vuestra propia imaginación os propone cayendo en la trampa de pensar que Dios os lo inspira.
- No creáis en lo que dicen las sagradas escrituras, sólo porque ellas lo digan.
- No creáis a los sacerdotes ni a ningún otro ser humano.
- Creed únicamente en lo que vosotros mismos hayáis experimentado, verificado y aceptado después de someterlo al dictamen del discernimiento y a la voz de la conciencia.
Buda.

Contemplación


"Acuérdate de mirar hacia el cielo. Eso expande los límites de la mente y nos recuerda que somos una pequeña parte del inmenso Universo, que está siempre en movimiento.."


"No vemos las cosas tal y como realmente son, las vemos como somos nosotros"
Anais Nin


"Cuando un lugar está en la oscuridad total, una pequeña luz basta para alumbrarlo".


Zen y psicología



La noción de inconsciente cósmico ha dado a la psicología una dimensión que anteriormente no tenía.
El desarrollo de la personalidad ligada a lo universal, trasciende los limites del individuo y del ego en particular. No existe un yo separado de los demás, sino un sí mismo, plenamente sí mismo, diferente y parecido a los otros a la vez. El dinamismo interior tiende hacia la unidad y hacia la superación de las contradicciones, empezando por la noción de vida y de muerte.

La naturaleza de la conciencia es especial y profundamente estudiada en el Zen.

Una imagen ilustra claramente la transformación que se instaura: es la imagen de la puerta que separa simbólicamente el consciente del inconsciente. Esta puerta sólo se abre generalmente hacia el exterior, pero debería llegar a poder abrirse en los dos sentidos, libremente.

El Zen es la vía sin atolladeros. Nos enseña a tomar conciencia de nuestros propios recursos y de la profunda humanidad que está en cada uno de nosotros.