Beneficios de la meditación Zen


Relajar los músculos, poner la mente en un estado de relajación total y alejarse de todas las distracciones del mundo. Estos son algunos de los objetivo de la meditación zen, una práctica milenaria que prácticamente se está redescubriendo en Occidente y por la cual se ha despertado en los últimos años un gran interés.

La meditación es el acto que altera nuestro estado de conciencia para liberar nuestra mente y experimentar calma y tranquilidad, haciéndonos vivir plenamente el momento en el que nos encontramos y conectándonos con nuestro interior. Cómo hemos indicado en otras ocasiones esa práctica proporciona numerosos beneficios para la salud del individuo, siendo realmente útil para combatir el estrés y diversas enfermedades.

Es habitual que la gente confunda la meditación con otras técnicas de relajación o concentración, no debe ser así, ya que a pesar de que la relajación es necesaria para meditar, la meditación en si misma es algo más profundo e intimo. A la hora de meditar podremos tener revelaciones en forma de imágenes o una concentración absoluta, aunque esto solo es un resultado de nuestro estado meditativo.

Para realizar una meditación se debe tener paciencia y práctica, y nunca debe suponer un esfuerzo mental o físico. Puede practicarse tanto en silencio como con ruido o música, así como con el cuerpo quieto o en movimiento, ello dependerá de las capacidades de cada persona para poder relajar totalmente su cuerpo y su mente.

Ahora bien, antes de meditar se deben tener en cuenta una serie de consideraciones:

Informarse de las diferentes opciones: Existen multitud de técnicas para meditar, por lo que es realmente importante elegir aquella que nos resulte más apropiada en función de nuestras necesidades y habilidades, lo cual nos permitirá facilitar su práctica.

Lugar y momento: 
El cuerpo funciona de una manera diferente en función del horario y los hábitos de cada individuo, reaccionando de una manera desigual si es sometido a cansancio y/o estrés. Por ello, se recomienda que elijas un momento del día en el que el cuerpo este plenamente activo, puesto que dejar la sesión para última hora del día tras un día de trabajo puede hacer que te quedes dormido. Además, se debe elegir un lugar donde se pueda meditar sin ningún tipo de interrupción y donde exista una combinación de olores, colores y sensaciones que te haga sentir realmente cómodo.

Respiración
Aprender a respirar correctamente es fundamental para lograr un punto de relajación profunda y así renovar la energía del cuerpo, proporcionando oxígeno a los órganos internos y en particular al cerebro. En un principio, se recomienda sentarse en una posición cómoda con la espalda recta, inhalando por la nariz de una manera lenta y profunda, sosteniendo la respiración durante un espacio de cuatro segundos y posteriormente expulsando el aire lentamente.

Ejercicio de iniciación a la meditación
A la hora de comenzar con la práctica de la meditación no se debe preocupar por la técnica o si se está haciendo cómo se debe, ya que en un principio lo realmente importante es comenzar a construir el hábito de meditar, siendo paciente con uno mismo y con el propio proceso.

A la hora de llevar a cabo esta práctica es recomendable:
Elegir una ropa cómoda y acudir al un lugar en el que no exista ningún tipo de distracción, que no haya la posibilidad de ser interrumpido por teléfono, visitas o un familiar.
Se debe comenzar con tres minutos de respiración profunda hasta que tanto la mente como el cuerpo se encuentren relajados.
En las primeras sesiones se debe meditar sentado para evitar dormirse, para ello se debe coger una silla cómoda y mantener la espalda recta y los pies sobre el suelo.
Inicialmente encenderemos una vela y la pondremos en frente a una distancia aproximada de medio metro. Comenzaremos a meditar concentrándonos en la llama, dejando la mente en blanco y solo concentrándonos en la llama. (En el caso de que nos moleste la luz podremos reemplazar la vela por un vaso con agua).
Mientras transcurra la meditación, llegarán ideas y pensamientos a nuestra mente, si bien debemos dejarlos de lado.
Practicar todos los días durante 5 minutos y por cada semana completada añadir dos minutos a cada sesión de meditación.

Tras un mes de práctica o en el momento que te hayas visto inmiscuido, aunque sea brevemente, en un estado meditativo, puedes comenzar a emplear otras técnicas más avanzadas.




2 comentarios:

  1. la meditacion zen es mucho mas que eso que reflejan en ese articulo.
    en mi caso ha sido la guia de mi vida. ha arreglado en un 900 % mi experiencia en este mundo.
    gracias

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  2. Grandioso para introducir.
    Para incentivar(:

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